Todos los niños pueden ser Einstein es el título de un libro que habla,
entre otros conceptos, sobre la motivación y el estímulo para el
aprendizaje. Martha Flores, una niña de 10 años, es la prueba palpable
de aquello. A su corta edad y con la ayuda de sus padres y maestro, es
casi una experta en el manejo de un software de programación para
elaborar videojuegos. Todo un reto si se toma en cuenta que a su edad
los niños conocen muy poco de lenguaje binario.
Flores fue una de las expositoras del Campus Party que se realizó a finales de septiembre en Quito. Ella viajó desde Loja y habló sobre su experiencia al programar, dio algunos ejemplos de cómo se pueden crean juegos interactivos gracias al software libre.
Actualmente cursa el séptimo de básica y afirma que vivió un sueño pues antes visitaba Quito como una campusera (persona con conocimientos y habilidades tecnológicos) y ahora lo hizo como expositora. Fue una de las más jóvenes de este encuentro que reunió a 3.000 asistentes para enterarse de los avances tecnológicos y jugar Play Station.
Su conferencia fue seguida con detenimiento por varios jóvenes y algunos padres de familia. En sus 30 minutos de exposición explicó (con una firmeza y una credibilidad asombrosa) la herramienta en la que se basó para crear videojuegos de manera rápida y divertida.
“No es como leerse muchos libros, es más práctico. Para hacer un juego lo que único que debes tener es imaginación y que te guste”, destaca. También resalta el apoyo y la motivación de parte de sus padres que la acompañan a todo lugar junto con sus hermanas.
No es nueva sobre un escenario. A sus 10 años ha dictado algunos talleres y una conferencia en su escuela Antonio Peña Celi, en Loja. Anima a todos quienes la escuchan a inclinarse por la programación, sobretodo de videojuegos.
“No soy solo yo, 400 estudiantes (sus compañeros) estamos programando ayudados en el lenguaje de programación. Uno de los responsables de los éxitos de Martha Flores es Diego Saavedra su profesor de informática, quien comenta que hace un año preguntó a sus alumnos qué quieren aprender, la respuesta fue obvia… hacer videojuegos.
Sobre el software que utilizan sus alumnos resalta que es una herramienta para copiar, modificar y distribuir libremente. Además que la gente no necesita Copyright (derecho de autor) lo que hace que sea un elemento multiplicador del conocimiento y el desarrollo tecnológico. “Esas herramientas permiten un mayor desarrollo”, concluye.
Javier Flores, padre de Martha, es quien la anima a diario para que aprenda e investigue más sobre programación, claro, sin olvidar las actividades de un niño como el juego al aire libre, los libros, entre otros pasatiempos propios de la edad. Aunque reconoce que el tema de programación y computadoras ha sido parte de Martha desde muy pequeña.
Ahora dice que él disfruta de la primera creación de su hija, un juego infantil basando en los parámetros de la página electrónica:pilas-engine.com.ar. Este sitio web, recalca, permite la creación de videojuegos de manera didáctica y divertida y además de ser interactiva, incluye ejemplos prediseñados y otra de sus características es que es libre y gratuita así que el software se puede copiar, modificar y distribuir libremente.
Martha ahora tiene nuevos retos, cree que su futuro será programar juegos y otras herramientas en beneficio de todas las personas, no solo de los niños.
Flores es un pequeño Einstein del lenguaje binario (en que se basa la computación) quien se destacó en medio de ideas innovadoras como el Boxlife (caja de vida en español), un sistema que se instala en automotores con el fin de salvar vidas por medio del monitoreo del conductor.
Este sistema alerta a sus familiares o allegados en caso de que sufra algún imprevisto como puede ser somnolencia, un alto índice de alcohol en la sangre o un accidente.
Este proyecto será incluido en el Banco de Ideas, el cual es liderado por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
Flores fue una de las expositoras del Campus Party que se realizó a finales de septiembre en Quito. Ella viajó desde Loja y habló sobre su experiencia al programar, dio algunos ejemplos de cómo se pueden crean juegos interactivos gracias al software libre.
Actualmente cursa el séptimo de básica y afirma que vivió un sueño pues antes visitaba Quito como una campusera (persona con conocimientos y habilidades tecnológicos) y ahora lo hizo como expositora. Fue una de las más jóvenes de este encuentro que reunió a 3.000 asistentes para enterarse de los avances tecnológicos y jugar Play Station.
Su conferencia fue seguida con detenimiento por varios jóvenes y algunos padres de familia. En sus 30 minutos de exposición explicó (con una firmeza y una credibilidad asombrosa) la herramienta en la que se basó para crear videojuegos de manera rápida y divertida.
“No es como leerse muchos libros, es más práctico. Para hacer un juego lo que único que debes tener es imaginación y que te guste”, destaca. También resalta el apoyo y la motivación de parte de sus padres que la acompañan a todo lugar junto con sus hermanas.
No es nueva sobre un escenario. A sus 10 años ha dictado algunos talleres y una conferencia en su escuela Antonio Peña Celi, en Loja. Anima a todos quienes la escuchan a inclinarse por la programación, sobretodo de videojuegos.
“No soy solo yo, 400 estudiantes (sus compañeros) estamos programando ayudados en el lenguaje de programación. Uno de los responsables de los éxitos de Martha Flores es Diego Saavedra su profesor de informática, quien comenta que hace un año preguntó a sus alumnos qué quieren aprender, la respuesta fue obvia… hacer videojuegos.
Sobre el software que utilizan sus alumnos resalta que es una herramienta para copiar, modificar y distribuir libremente. Además que la gente no necesita Copyright (derecho de autor) lo que hace que sea un elemento multiplicador del conocimiento y el desarrollo tecnológico. “Esas herramientas permiten un mayor desarrollo”, concluye.
Javier Flores, padre de Martha, es quien la anima a diario para que aprenda e investigue más sobre programación, claro, sin olvidar las actividades de un niño como el juego al aire libre, los libros, entre otros pasatiempos propios de la edad. Aunque reconoce que el tema de programación y computadoras ha sido parte de Martha desde muy pequeña.
Ahora dice que él disfruta de la primera creación de su hija, un juego infantil basando en los parámetros de la página electrónica:pilas-engine.com.ar. Este sitio web, recalca, permite la creación de videojuegos de manera didáctica y divertida y además de ser interactiva, incluye ejemplos prediseñados y otra de sus características es que es libre y gratuita así que el software se puede copiar, modificar y distribuir libremente.
Martha ahora tiene nuevos retos, cree que su futuro será programar juegos y otras herramientas en beneficio de todas las personas, no solo de los niños.
Flores es un pequeño Einstein del lenguaje binario (en que se basa la computación) quien se destacó en medio de ideas innovadoras como el Boxlife (caja de vida en español), un sistema que se instala en automotores con el fin de salvar vidas por medio del monitoreo del conductor.
Este sistema alerta a sus familiares o allegados en caso de que sufra algún imprevisto como puede ser somnolencia, un alto índice de alcohol en la sangre o un accidente.
Este proyecto será incluido en el Banco de Ideas, el cual es liderado por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
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