Durante la última década Venezuela se ha convertido en una gran
aula con más de 8 millones de estudiantes en los niveles básico y medio.
Además anualmente gradúa a miles de docentes para la tarea de educar,
transformar y liberar
El maestro Simón Rodríguez aseguraba que “educar es crear
voluntades”, pensamiento que sigue vigente entre las educadoras y
educadores venezolanos, quienes hoy conmemoran su día con el reto de
encender la voluntad de las nuevas republicanas y republicanos que
recibirán el relevo de la sociedad del siglo XXI.
Durante la última década Venezuela se ha convertido en una gran aula
con más de 8 millones de estudiantes en los niveles básico y medio, pero
además anualmente gradúa a miles de docentes para que se sumen a la
revolucionaria tarea de educar, transformar y liberar. Cuenta, además,
con herramientas como las computadoras Canaima, distribuidas
gratuitamente por el Gobierno Nacional. A partir de la semana pasada,
además, hay un nuevo titular del despacho educativo: Héctor Rodríguez,
quien sustituye en el cargo a la profesora Maryann Hanson.
No obstante, para la maestra y actual alcaldesa del municipio Zamora
del estado Miranda, Thaís Oquendo, las educadoras y educadores “hoy más
que nunca tenemos un gran reto y tenemos que comenzar a revisar y a
replantear nuestra misión para dar un aporte más eficiente y contundente
en la formación de nuestras niñas, niños y jóvenes”.
Oquendo considera que las y los docentes tienen el deber de formar
para la libertad, la vida y la paz, pero “vemos que abrimos un periódico
privado y la primera noticia es la muerte. Educamos para la vida, pero
los resultados y el peso es para lo negativo, así que debemos
fortalecernos”.
EDUCAR EN VALORES
La educación sustentada en los valores y la ética, sostiene Oquendo,
es uno de los principales roles que las maestras y maestros deben asumir
como compromiso de su misión: “Estamos en una situación en la que
pareciera que tener valores y ser éticos es ser tontos… Olvidamos que es
esa base lo que realmente te hace ser un ser humano social que tiene y
comparte las normas de convivencia”.
Partir de lo cotidiano a lo macro es la estrategia que plantea
Oquendo como docente para continuar avanzando en el desarrollo de una
nueva sociedad. Enfatizó que no se puede olvidar que los primeros
educadores de cada niña y niño son sus madres y padres.
“Debemos rescatar ese principio, pues hoy día los padres trabajan y
el niño llega a una casa sola, donde lo recibe es la televisión, la
computadora y el teléfono. Es en ese entorno en el que el niño va
creando su propio mundo y ese es uno de los riesgos que debemos superar
para que no caigan en caminos equivocados”, indicó Oquendo, quien ha
dedicado más de 15 años de su vida a la docencia.
VOCACIÓN PARA EDUCAR
Con la llegada de la Revolución Bolivariana, el sistema educativo
venezolano ha sido satisfactoriamente transformado, tal y como lo
ratifica Oquendo; sin embargo reitera que la tarea no termina ahí, ya
que considera que “necesitamos un maestro más activo, comprometido e
integrado a la comunidad”.
Antes de finalizar el año 2013 el Gobierno Bolivariano realizó el
lanzamiento de la Micromisión Simón Rodríguez para promover la formación
permanente de las y los maestros. En este sentido, Oquendo destacó la
acción como un importante paso para consolidar el perfil de la educadora
y el educador que demanda Venezuela.
“Ojalá pudiésemos tener más Simón Rodríguez porque así tendríamos más
Simón Bolívar en la patria”, expresó Oquendo, además de manifestar que
siente que “las maestras y maestros tenemos una deuda con la población
porque debemos de parecernos más este gran educador que demostró con la
práctica cómo la educación puede transformar a un ser humano”.
La vocación, asegura Oquendo, es la esencia fundamental de toda
educadora y educador, ya que éstos deben tener la visión para poder
enseñar a descubrir a las niñas y niños cuáles son sus potencialidades,
habilidades y verdadera pasión.
“Simón Rodríguez no tenía el apoyo de la computadora, y bueno, quizá
eso fue lo que lo salvó a Bolívar de alienarse, pero el maestro hoy
tiene que centrarse en esos principios fundamentales que son la esencia
de un educador”, indicó la docente.
Oquendo recuerda que fue su maestra Mery, en cuarto grado, quien
inspiró su vocación y desde entonces “me enamoré de mi carrera, sentí
que quería ser maestra y cuando me quiero divertir soy maestra, es la
forma de sentirme bien”.
LA EDUCACIÓN INICIAL
Con base en casi dos décadas de experiencias en las aulas, Oquendo
ratifica la importancia de la educación inicial y el primer grado, ya
que es la etapa más importante en la que el docente puede incidir en el
aprendizaje de la niña y el niño para toda su vida.
“Si hacemos un buen trabajo en los primeros años de educación básica,
nosotros vamos a tener unas bases fuertes para que la niña y el niño
vaya adquiriendo el conocimiento, la socialización y convivencia ideal
en sociedad, y eso tiene que pasar porque esa maestra o maestro no sea
apático o solo piense en 15 y último; se necesita amor a la profesión y
capacitación permanente”.
Enfatizó la importancia de que las educadoras y los educadores de hoy
día motiven en las niñas y niños a sentir como una hermana y hermano al
que tienen al lado: “Tenemos que entender que no podemos educar para
que un hermano mate a otro hermano, sino para que lo ayude”.
En este sentido, hizo un llamado no solo a los docentes, sino también
a los líderes políticos y medios de comunicación a revisar su conducta
ante la opinión pública, ya que todos estos son factores de incidencia
en la formación de las niñas y niños de la patria.
HERRAMIENTAS REVOLUCIONARIAS
Partiendo de la importancia de la educación inicial, Oquendo destacó
el rol de los Simoncitos como herramienta revolucionaria para la
transformación de la educación y la sociedad. En esta etapa el objetivo
es socializar al niño para poder integrarlo a la comunidad.
“Un bebe se siente y es el centro de su familia, así que la escuela
lo lleva a un salón de clases para que socialice con el resto de niñas y
niños, y él comience a entender que a hay otros que tienen intereses y
necesidades similares. Ahí se le enseña a compartir, colaborar,
participar y a ser solidario”, detalló Oquendo.
Recordó que el sistema educativo venezolano parte del árbol de las
tres raíces: Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora. En ese
sentido, la consolidación de la República, comienza formando
republicanos: “Nosotros queremos ciudadanos y para poder tenerlos
tenemos que aprender a formarlos y a tener educadores que sean capaces
de formar en estos tiempos más complejos, donde las practicas de la
violencia acechan desde el internet, la televisión y los videojuegos”.
La Canaimita es otra de las herramientas ofrecidas por la Revolución
Bolivariana para fortalecer la formación de las niñas y niños en
Venezuela. Oquendo sostiene que además es un instrumento que le permite a
las y los docentes reducir los francos alienantes de los espacios
comerciales de internet.
Según Oquendo, la Canaimita ha sido de gran ayuda para que las niñas y
niños tengan menos necesidad de visitar esos espacios que no son
educativos, y en sustitución tengan los programas que el Gobierno
Nacional dispone para la sana recreación y formación a través de juegos,
preguntas e investigaciones que motivan al conocimiento.
Considera que, gracias a la Canaimita, “Venezuela va a tener la mayor
capacidad de ingenieros en sistemas que pueda tener cualquier
población”. Destacó que el Gobierno Nacional ha sido el primer garante
del acceso a la tecnología, lo cual no ocurría anteriormente ni siquiera
para las maestras y maestros.
“Hoy tenemos centros de información, bibliotecas de aula y toda esa
tecnología permite que el niño tenga acceso al conocimiento y los
maestros mayor compromiso en la formación que debemos darle”, señaló la
educadora, además de considerar que uno de los retos actuales para los
educadores es estar en sintonía con las herramientas que presenta el
siglo XXI, entre ellas el manejo de la tecnología y el poder orientar a
las niñas y niños en su formación, junto a la corresponsabilidad que
tiene el Estado y la familia.
CHÁVEZ: EL GRAN PEDAGOGO
El máximo líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, sostenía
que “nadie mejor que los maestros para seguir encendiendo la llama, el
fuego sagrado de la patria nueva”, y es por ello que Oquendo lo ratifica
como el gran pedagogo de Venezuela en los últimos tiempos, ya que “fue
capaz de orientar a un pueblo hacia el amor, la libertad, la democracia y
la paz”.
Asegura que Chávez brindó a Venezuela un aula abierta y a través de
su programa Aló Presidente se convirtió en un maestro para todas y todos
los venezolanos: “fue un líder, conductor, un comunicador, pero
fundamentalmente un pedagogo”.
Oquendo recuerda a Chávez como un maestro de maestros y como el
hombre que tenía la capacidad de narrar la historia de Venezuela hasta
sembrarla para siempre en el corazón del pueblo, mientras lo paseaba por
la poesía, la música, la matemática y la geografía: “Fue el maestro
durante 14 años de esta sociedad, por eso estoy segura que este tiempo
no ha sido en vano, estoy convencida de que hay Revolución para rato
porque Chávez nos metió hasta los huesos el sentido de pertenencia por
la patria”.
VOCES
José Brito
Profesor de matemática y física con 24 años en la docencia
“Es muy importante que se reconozca nuestro espacio en la sociedad,
ya que nosotros somos un bastión de gran importancia para fortalecer la
Revolución y cambiar las conciencias de los ciudadanos del futuro. Aquí
estamos formando a las personas que mañana van a tener los lineamientos
del país, es por ello que tenemos que velar por promover los valores, el
compañerismo, la superación y el socialismo que visionamos. La idea es
que seamos profesores integrales; que no solo enseñemos la materia en el
salón, sino que enseñemos a cada instante.
Pienso que aún hay que hacer cambios profundos en cuanto a la
aplicación del currículo y la concepción del docente en su propio rol y
eso debe iniciar en las universidades que se encargan de formar
docentes. Los cambios también deben ser humanistas y con una política
estructural que se adecue a cada región, a sus necesidades y
realidades”.
Maite Ponte
Maestra de sexto grado con 7 años de experiencia
“Para mí ser maestra ha sido una experiencia muy significativa, ya
que este es un sueño desde pequeña y al cumplirlo día a día es muy
satisfactorio. Se trata de poder compartir la enseñanza con mis niñas y
niños para que tengan un aprendizaje importante en su vida. Decidí ser
maestra porque siempre me ha gustado trabajar con las niñas y niños,
esto ha sido mi pasión toda la vida. Mi misión es que ellos cada día
aprendan más, es mi granito de arena para que sean en el futuro sean
buenas republicanas y republicanos para la patria”.
Luz Colmenares
Maestra de tercer grado con 10 años en la docencia
“Desde pequeña siempre quise ser maestra. Esa era y es mi vocación,
así que además de mis 3 hijos, tengo otros 36 aquí en el aula. En estos
10 años he podido tener muchas experiencias satisfactorias y la más
hermosa es encontrar a mis alumnos convertidos en abogados, doctores y
hasta docentes. Me los encuentro en la calle y aún me dicen maestra y
eso me llena de mucho orgullo, así como cuando aprende a leer o te dicen
mamá en el salón”.
EN 1932
La celebración del Día de la Maestra y el Maestro en Venezuela tiene
su origen en el 15 de enero de 1932, cuando se fundó en Caracas la
Sociedad de Maestros de Instrucción Primaria para luchar por la
dignificación y los derechos de las educadoras y educadores.
En el año 1936 la sociedad convocó la Primera Convención Nacional del
Magisterio, de la cual surgió la Federación Venezolana de Maestros.
El 13 de enero de 1945 el presidente Isaías Medina Angarita decretó
el 15 de enero como el día nacional de las y los educadores. En 1952 la
celebración se trasladó al 29 de noviembre, natalicio de Andrés Bello,
por su condición de maestro del Libertador, pero a partir de 1959 se
retomó la fecha inicial.
Texto/ Jeylú Pereda
Foto/ Loel Henríquez
http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/maestras-y-maestros-celebran-hoy-su-dia-nuevas-herramientas/